jueves, 14 de junio de 2012

ENERGÍA UNDIMUTRIZ


Las olas son el resultado del efecto del viento soplando a lo largo de cientos o miles de kilómetros en mar abierto, lo que origina una transferencia de energía hacia la superficie del océano. Son, por tanto, una forma de energía cinética a la que se puede acceder usando diversos mecanismos armónicos que responden al movimiento de las olas, captando parte de su energía. En definitiva, la energía undimotriz consiste en el aprovechamiento de la energía cinética y potencial del oleaje para la producción de electricidad.


El oleaje se entiende desde un punto de vista de la ingeniería como un derivado terciario de la energía solar. El calentamiento desigual de la atmósfera terrestre genera viento, y el viento genera olas. Únicamente el 0,01 % del flujo de la energía solar se transforma en energía de las olas. Una de las propiedades características de las olas es su capacidad de desplazarse a grandes distancias sin apenas pérdida de energía. Por ello, la energía generada en cualquier parte del océano acaba en el borde continental, de esta manera, su energía se concentra en
las costas.



La energía contenida en las olas varía de un sitio a otro, pero, en general, cuanto más alejadas del ecuador estén, más energía contendrán. Aunque condiciones locales, tales como, tipo de costa, lugar donde se generen y profundidad del océano, tienen una gran importancia en la definición de la cantidad de energía. Según estimaciones, se puede asumir que el flujo de energía de las olas en Europa podría equivaler a 1.000 TWh anuales, cantidades a tener muy en cuenta de cara a una futura expansión en el aprovechamiento de este tipo de energía.



Algunos sistemas pueden consistir en:

  • una turbina anclada al fondo y con una boya unida a él con un cable. El movimiento de la boya se utiliza para mover un generador. Otra variante sería tener la maquinaria en tierra y las boyas introducidas en un pozo comunicado con el mar.
  • Un aparato flotante de partes articuladas que obtiene energía del movimiento relativo entre estas partes. Como la "serpiente marina" Pelamis.
  • Un pozo con la parte superior hermética y la berruga comunicada con el mar. En la parte superior hay una pequeña abertura por la que sale el aire expulsado por las olas. Este aire mueve una turbina, que genera la electricidad.







TECNOLOGÍA UNDIMOTRIZ EN EL MUNDO


En este sentido, los expertos enumeran hasta 81 prototipos diferentes, algunos de los cuales ya se utilizan en distintas partes del mundo. Sin ir más lejos, Portugal es uno de los países que quiere tomar la delantera: el mes pasado, frente a la localidad norteña de Póvoa de Varzim, se inauguraba un parque undimotriz, denominado Okeanós, que ya surte su electricidad a la red. En este caso se utilizan tres máquinas Pelamis con capacidad de 2,25 MW. También cuenta con una planta experimental que utiliza una columna de agua oscilante en la isla de Pico, en las Azores.



En cualquier caso, se considera a Noruega y Escocia pioneras de la tecnología undimotriz. El país escandinavo instaló en 1985 una planta en la costa cercana a Bergen, en el que se combinaba una columna de agua oscilante con un sistema propio, denominado “canal rematado en punta”. Por su parte, Escocia lleva también años experimentado con estos sistemas en la isla de Islay, e incluso aportando nuevos, como el denominado “Pato de Salter”. Se trata de una especie de conos que al oscilar con las olas impulsan un generador. Asimismo, países como Estados Unidos, Australia. India, China, Suecia o Japón también están probando distintos sistemas.



PRINCIPALES VENTAJAS E INCONVENIENTES









El potencial de la energía de las olas, según la UNESCO, es de unos 4.000 gigavatios (GV), si bien todavía no se sabe la cantidad que se puede aprovechar y suministrar a un precio económico. En este sentido, las instalaciones undimotrices requieren una alta inversión y un mayor desarrollo tecnológico. Sus responsables deben mejorar en varias cuestiones, como su eficiencia al aprovechar el movimiento no lineal y esquivo de las olas, o su resistencia al embate de las mismas, y todo ello con un coste asumible.

Por ello, este tipo de instalaciones todavía no es competitivo. Por ejemplo, la planta recién inaugurada en Portugal es “comercial” gracias a las ayudas institucionales: cada kilovatio hora (kWh) producido será pagado a 26 céntimos de euro, mientras que el kWh “convencional” se está pagando por debajo de los 9 céntimos.

Las posibilidades de contar con una energía limpia más no se pueden desdeñar. La tecnología undimotriz presenta incluso más ventajas que otras renovables: se trata de una energía constante y predecible, ya que siempre hay olas, y su impacto en el entorno también es menor.





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